A propósito
de un gran Con plexo de culpa
«Yo soy un sueño desplumado/un verso agónico/un rosario de esperas/un
suicidio anticipado…/». Así, bajo la conceptuación que sin ningún pudor se
complace en presentar las entrañas más íntimas de una voz discursiva
“caóticamente rota/como una lágrima fotografiada/”, se presenta ante nuestra
consideración lectora –cada vez más difícil de convencer-, Con plexo de
culpa, poemario de la autoría de DINA Bellrham (Milagro, Ecuador, 1984),
cuyo contenido desestabilizante, provisto de automatismos oníricos que con frecuencia
afloran al lenguaje como imágenes definitivamente bellas, pero de alcances
terribles – ‘como el grito de la niña /cuando viola sus muñecas/…’ hace que la
ubiquemos en un surrealismo de signo hiperbólico, de mayor evolución del que se
dio en las letras europeas a principios del s. XX.
Actitud de agresiva ruptura, capacidad creativa de manifiesta
originalidad, códigos lingüísticos de sorprendente cuño, son rasgos que
percibimos en la poética de una voz joven que nos conmociona, más que
conmovernos
con sus frutos cáusticos, no exentos de afectividad, extraídos con
dolor de los intersticios profundos de una sensibilidad extraña, palpablemente
artística; por todo lo cual no vacilamos en afirmar que Con plexo de culpa
se constituye en una de las muestras más válidas de la joven poesía ecuatoriana
y ya, centrándonos en el género al que pertenece su autora, uno de los
discursos más bulirantes dentro de la lírica escrita por mujeres ecuatorianas,
por su reciedumbre amarga, funcionalmente literaria, en la que se generan
versos viscerales como este «El suelo se ha vuelto puta en los zapatos…/»
Sonia Manzano Vela
Junio del 2008
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